Este año, según el WEF, se perfila como desafiante por el crecimiento moderado de la economía y las disrupciones en el comercio exterior.
El inicio de 2025 se perfila como un año desafiante para la economía global. Según el informe de los economistas jefes del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la mayoría de los consultados anticipa un debilitamiento de la economía mundial.
Específicamente, un 56% espera un crecimiento más débil en el próximo año, mientras solo un 17% vislumbra una mejora. Esta perspectiva refleja una creciente incertidumbre motivada por tensiones geopolíticas y cambios en las políticas económicas de las principales economías del mundo.
En concreto, la proyección de crecimiento global del Fondo Monetario Internacional (FMI) se mantiene en un 3,2% para 2025, similar al desempeño de 2024. Sin embargo, esta cifra representa uno de los panoramas más débiles en décadas.
«El panorama económico mundial está marcado por una fragmentación creciente que podría traducirse en costos más altos para consumidores y empresas», advierte el informe. Este fenómeno se refleja especialmente en el comercio de bienes, donde el 94% de los economistas prevé una fragmentación mayor en los próximos tres años.
La inflación global muestra señales de desaceleración, con una proyección del FMI del 4,3% para 2025, inferior al 5,8% de 2024. Sin embargo, persisten unos precios más altos en los servicios que en los bienes, afectando tanto a economías avanzadas como emergentes. Este escenario inflacionario está vinculado a la política fiscal expansiva de Estados Unidos, donde se esperan aumentos en la deuda pública y un incremento significativo en los índices bursátiles.
Otro de los puntos de abordaje es la creciente fragmentación económica global, que también implica retos en la cooperación internacional, especialmente en temas como el cambio climático y la innovación tecnológica.
Tomado de: Portafolio